Este modesto soneto nos guía hasta las fauces más sombrías del desamor que desborda nuestro pecho cuando anhelamos a nuestro amor en la más absoluta soledad...
El día 1 de julio, Virginie, una hermosa francesa de 30 años, iniciaba unas merecidas vacaciones tras haber pasado seis meses en el Ártico en un barco de Greenpeace, cómo bióloga.