Míster Armit. El hombre del patio. ®.
Míster Armit. El hombre del patio. ®.
Artículo. Suceso paranormal. No - ficción.
Jorge Ofitas. ®.
Hoy os contaré uno de mis primeros sucesos paranormales acaecido cuando aún era muy niño y solo contaba la edad de cinco años. Tuvo lugar en una casa de vecinos acomodada en la que vivía con mis padres. Mi familia residía en el primer piso y la ventana de la salita daba a un patio interior desde dónde se veía la sala de estar de una vivienda propiedad de un matrimonio sexagenario de origen Inglés. Mi madre solía hablar desde la ventana con la señora a la que todos llamaban “la teacher” (profesora) porque impartía clases de Inglés a los jóvenes estudiantes del barrio entre ellos mi hermana mayor que a sus doce años y gracias a esta simpática y cariñosa señora hablaba perfectamente el idioma de las Islas Británicas.
Desde que yo contaba la edad de poco más de un año tenía una afición que salía algo cara a mis padres y no era otra que desmontar todos los relojes que pillaba y volverlos a montar; claro que siendo tan pequeño siempre me sobraba alguna pieza por este motivo mi madre tenía que esconder los despertadores de la época. Cuando ocurrieron estos hechos y me era posible aunque más esporádicamente aún seguía con mi afición de desmontar relojes así que un día me asomé a la ventana para buscar un lugar en el patio donde esconderme y así poner a prueba mi pericia cómo relojero. Entonces vi a un señor leyendo su periódico sentado en la sala de estar del piso bajo propiedad de la teacher, el hombre me miró y me sonrió indicándome con una de sus manos que bajara, enseñándome unos chocolatines Ingleses que yo sabía que eran muy buenos porque en mi casa siempre solía haber estas cosas por la proximidad del hogar de mis progenitores con la frontera Inglesa. Así que presto y dispuesto olvidé mi reloj y bajé a escondidas de mi madre, el señor descorrió la cristalera y me acarició el pelamen, me preguntó cómo me llamaba me dijo su nombre y me dio mis chocolates luego regresé de inmediato al piso superior antes de que mi madre me echara en falta olvidando ese día mis tareas de relojero.
Ahora os contaré lo sorprendente de este asunto. Durante varias semanas yo seguí viendo a míster Armit leyendo su prensa cada mañana en el ventanal hasta que un buen día dejé de verlo. El tiempo siguió pasando y semanas más tarde nunca más volví a ver al señor Armit. El caso es que le conté a mi madre mi inquietud y que quería ver a míster Armit esposo de la simpática profesora nativa. Mi madre se quedó de una pieza me cogió de la mano y me llevó a casa de la teacher para contarle lo que yo había visto pero la profesora se negó a hablar delante de mí de aquel asunto hasta que se me olvidó por completo pues me dijeron que el señor Armit había salido a un largo viaje a Londres del que tardaría en regresar no sin antes enseñarme una foto del señor por si había visto a otra persona, asentí, dije que si que el señor de la foto era el mismo que cada mañana veía desde mi ventana leer su periódico por supuesto me ahorré el detalle de los bombones porque ella me hubiese reñido por aceptarlos.
Años más tarde cuando vivíamos en otra ciudad pregunté a mi madre que había sido de aquel simpático señor que cada mañana leía su periódico en la ventana del patio y cuál fue mi sorpresa cuando me contó toda la verdad. Al parecer la profesora de inglés quedó medio horrorizada cuando mi madre le narró lo que yo había visto fue cuando la teacher le dio aquella foto para que yo corroborara los hechos pues míster Armit había fallecido veinte años antes de las graves heridas que sufrió durante la segunda guerra mundial.
A día de hoy tengo muy claro lo que me ocurrió. Sin duda las explicaciones más razonables desde el punto de vista de la parapsicología pueden ser dos. 1. Que el cuerpo astral de aquel señor se había quedado atrapado en la existencia terrena por propia iniciativa para proteger a su esposa o por pura ignorancia del fallecimiento de su cuerpo físico. 2. Qué yo simplemente había captado el deseo ínfimo de la profesora inglesa de que su marido siguiese vivo y mi mente lo recreó inconscientemente con su sexto sentido innato, esto último los más probable, pero nos queda una duda. ¿De dónde salieron aquellos chocolates?...
El caso quedó corroborado y bien confirmado, sin duda el hombre que yo había visto y con el que hablé fue míster Armit fallecido veinte años antes de mi visión, además la profesora vivía sola por lo que no pudo ser otra persona. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Nota: Si tenéis alguna duda a este respecto podéis enviarme un correo electrónico y os contestaré gustosamente.
Saludos de Jorge.
Autor artículo: Jorge Ofitas. ®.
Spain. 2018. Europe. 2018. ®.
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